Y DIOS CREO LA MUJER

Henrique Lazo

Pudo haber sido al revés pero la Biblia nos dice que Dios creó primero a el hombre y después -de muchas otras cosas- a la mujer.

Formó, primero, toda clase de animales campestres y aves del cielo y las llevó ante el hombre para que éste les pusiera nombres.

Entonces, Dios hizo caer sobre el hombre un sueño profundo, y mientras dormía, tomó una de sus costillas y formó a la que habría de ser su compañera: Eva.

Ya instalados en el Edén, fue a ella a quien la serpiente convenció de probar el –expresamente- fruto prohibido, y ésta a su vez, se la hizo probar al galán de la película.

Así parece, comenzó todo. El día siguiente fue lunes y la actividad comenzó a las ocho de la mañana.

Ha sido el arte, un vehículo incalculable de comunicación que nos ha permitido reconstruir al ser humano en sus diferentes épocas.

Basta observar las obras para intuir que ha sido del descendiente de Adán en los siglos consumidos. Que pensaba de si mismo y como era la sociedad que lo albergaba.

Cuales eran sus pasatiempos, sus actividades domésticas y los principios que lo regían.

Con respecto a la mujer, la historia cambia.

A diferencia de las demás especies, su macho las ha sometido, explotado, humillado, violado y en los países donde se le rinde culto a la violencia, se le considera un miembro inferior de la familia, incapaz de pensar y decidir su futuro por si misma.

    

“Esclavas En Un País De Reinas” describe a Etiopía como la nación africana con el catálogo más amplio de soberanas y al mismo tiempo, mantiene a muchas de sus mujeres en condiciones inhumanas.

Mujeres que deben despertarse a las 3 de la mañana, caminar una decena de kilómetros, evitar a hienas y guardabosques para recolectar madera;

Jóvenes que transportan hasta 60 kilos de piedras y arena a la espalda para construir una presa y reciben a cambio un salario pagado en harina.

La violencia siempre es cobarde. El que la aplica, la aplica por eso: por cobardía y por ignorancia. La violencia no es la partera de la historia, es el estiércol y los “puercos comen de ella” .

Dicen los expertos en economía que los índices de seguridad jurídica determinan el nivel de confiabilidad de un país.

Se podría afirmar igualmente que el desarrollo de una nación es directamente proporcional al desarrollo que tiene la mujer que lo habita.

Todos los países en los que la mujer está legal y socialmente sometida por el macho de la especie, son países con dictaduras y atrasados culturalmente.

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