Despues de ella

Henrique Lazo

A pesar de la insistencia o la candidez de las empresas que manejan las cuerdas del espectáculo, los artistas son irrepetibles. Se ha comprobado que no basta una cara bonita, una canción pegajosa y publicidad para lograr popularidad; el resultado es efímero: unas cuantas semanas en las listas de las favoritas y después, bien gracias. Miles de artistas luchan año tras año por un pedacito de la historia que Celia Cruz, Janis Joplin y Edith Piaf construyeron con sus voces sin cumplir con los requerimientos estéticos y mercadotécnicos de las compañías de discos.

Pareciera que para tener una voz capaz de conmover al mas distraído de los asistentes, ésta tiene que provenir de una persona que ha tenido una vida azarosa, complicada y condimentada por obstáculos a simple vista insalvables. Este es el caso de la extraordinaria vida de Edith Piaf, llevada al cine ( “La Môme”, 2007), por el director Olivier Dahan y que le ha permitido a la actriz francesa Marion Cotillard, ganarse el Oscar y el Cesar como mejor actriz por una de esas actuaciones memorables de la historia del cine y que le valieron quince minutos de ovación de pie en el festival de Berlín donde se estrenó.

Edith Piaf fue abandonada varias veces y vivió su infancia y adolescencia rodeada de extrema pobreza. Cuando tenía cuatro años, en la durísima posguerra parisina de 1919, una meningitis casi la dejó ciega. Cuando tenía diez años su padre enfermó gravemente y la pequeña empezó a cantar en la calle recogiendo las escasas monedas que los transeúntes le arrojaban. Dos guerras pasaron y esta diminuta pero inmensa intérprete se convirtió en la cantante mas emblemática y popular de Francia en el siglo XX.

Algunos líderes políticos gozan de privilegios y homenajes mientras están en el poder y su miedo está vigente, Cuando se oxidan los tanques, los restos del metal de sus estatuas se funden para hacer yesqueros y mesitas de noche. Edith Piaf, “la hija de nadie” fue enterrada en un cementerio no muy lejos de la calle donde vino al mundo, pero esta vez, 57 años mas tarde, 40.000 personas la acompañaron en su última velada.