martes, 4 de noviembre de 2014

Realidad pospuesta

Henrique Lazo

Resulta incomprensible que los caminos sinuosos de la política tengan una relación tan estrecha con los mandatos del mundo del entretenimiento.

La premura de los lanzamientos mediáticos de los iconos del cine y la televisión se confunden en la niebla que precede y acompaña las campañas de los candidatos a conducir el destino de una nación.

Después de la parranda comunicacional las aguas se estabilizan y comienza el trabajo solicitado. Las ofertas se convierten en excusas y el ingenio se reduce a justificar lo que no se hace.

Gracias a las películas y a la literatura, que se toman la molestia de reseñar episodios que no aparecen en la noticia diaria, la letra chiquita se hace conocida para el lector desprevenido.

Historias del acontecer oculto emergen para ilustrarnos de lo que somos capaces los seres humanos para conseguir el poder y a mantenerlo, a pesar de los exiguos resultados obtenidos en el periodo de tiempo asignado para cumplir la tarea prometida.

Satisfacer las necesidades de un colectivo que espera que sus elegidos cumplan, es secundario.

La ficción describe la vida real como si fuera real. Con la licencia del humor y los finales felices percibimos los motivos que generan las consecuencias sociales que no encuentran explicación.

Los conductores de la puesta en escena política encuentran siempre palabras y frases que sustentan las arbitrariedades inconcebibles que luego esgrimen sus seguidores para soportar tantas equivocaciones a la vez.

La incompetencia de los funcionarios queda relevada a la palabra salvadora del dirigente y su capacidad de posponer la realidad.

En el ámbito deportivo el artificio es mucho mas difícil. Las estadísticas permiten acercarnos a los resultados con mayor fidelidad.

La selección del personal no depende de la sumisión y los seleccionados tienen que rendir cuenta.


En la política los números se adaptan a las circunstancias y la responsabilidad es de la administración anterior. No se aceptan devoluciones.