sábado, 25 de enero de 2014

EL SOBERANO

Henrique lazo

La teatralidad o la capacidad que tenemos de mimetizarnos, es inherente al ser humano y a todos los seres vivos que quieran vivir un poquito más. Famosa es la habilidad de los animales de parecerse a otra cosa para no ser devorado por su depredador de turno. 

En la humanidad, las ceremonias -que son una expresión de la teatralidad- marcan los actos importantes en los que los hombres y mujeres nos relacionamos.

Si uno quiere sumergirse en el teatro, que es la profesionalización de la capacidad de transformarnos, William Shakespeare es el mejor guía para empezar el itinerario. 

El teatro no se hizo para los expertos ni para los conocedores, sino para el público. 

Comenzar con el “Mercader de Venecia” escrita hace 400 años no es un atrevimiento si se toma en cuenta que hace mas de 2000 años estamos personificándonos en Grecia, China, India, Perú, Japón o México.

Si un texto recrea un momento ocurrido hace cuatro siglos y tiene vigencia en cada época que se le cita es porque la forma cambia pero el contenido es el mismo. 

La discriminación racial, la descalificación de la mujer frente al hombre, la difamación, la competencia desleal, la injuria, la esclavitud, el clasismo, la venganza, la represión de la libertad de culto y la magnanimidad siempre tienen presente.

Esta es una obra que comprende el odio y la venganza, tanto como el amor y la suerte. La lucha por el poder político y económico. La hegemonía de una raza sobre la otra, de una religión sobre la otra. 

Los cristianos basan su fe en la piedad y el perdón como características de Dios y los judíos basan su religión en un Dios personificado como más estricto y hasta cruel por su inflexibilidad.

Se podría concluir que esta proverbial pieza es la que mejor escenifica la antigua máxima jurídica "sumo derecho, suma injusticia" en el sentido de que la aplicación de la ley al pie de la letra a veces puede convertirse en la mayor forma de injusticia. 

Un derecho innegable llevado a sus últimas consecuencias se transforma en un atropello cuando invade el campo de otros derechos.
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