miércoles, 23 de mayo de 2012

Compromiso

Henrique Lazo

En el mundo digital que rige la informática, un código, una sucesión de encendidos y apagados no tienen significado hasta que el destinatario, con todo lo necesario, le da el color y le pone la música. El emisor pone los signos y el receptor es el que les da sentido.

Idénticas palabras, tienen efectos disímiles dependiendo de el escenario en donde se emplean. El mismo chiste puede causar una risa descontrolada en un ambiente favorable, y en la sala de enfrente, molestia e indignación. El orden de los factores no altera el producto, el público, si.

Durante casi todo el Siglo XX, el modelo de comunicación se mantuvo estable hasta que el profesor canadiense Marshall McLuhan nos develó que “el medio es el mensaje”. Lo que modela la sociedad es la naturaleza del medio, no su contenido.

Lo importante no es lo que dice la televisión sino tenerla en el hogar. En los países democráticos hay gente que no escucha radio, ni ve televisión o lee la prensa, pero saben que están ahí y se morirían de tristeza si no existieran.

En una convención reciente de un mega circuito de estaciones de radio, analizan y fortalecen los mecanismos que les han permitido alcanzar un éxito sostenido. Un ejemplo, sirve para ilustrar en gran parte la razón de sus logros: el compromiso de su personal con la audiencia.

El mismo anuncio, publicado en dos revistas de diferente perfil, arroja resultados distintos en los consumidores. Los que vieron el anuncio en la revista juvenil asocian el producto con la actualidad. Los que lo observaron en la revista de corte adulto le atribuyen características conservadoras.

Una vez que el ser humano transforma una facultad física o síquica en una herramienta de comunicación es muy difícil prescindir de ella. En Nueva York, una tarjeta de crédito vigente equivale a tener una linterna con pilas en la jungla que rodea al Río Caura.

Los medios de comunicación son extensiones de las capacidades de todos los seres humanos y no de una parte de la humanidad, por eso deben ser libres.

martes, 22 de mayo de 2012

Dios y violencia

Henrique Lazo

La periodista que conduce el programa de noticias no puede ocultar su indignación. La masacre del Tecnológico de Virginia, que deja un saldo de 32 muertos, acapara la pantalla. El autor, un surcoreano de 23 años, se suicidó luego de matar a sus compañeros de universidad.

La conductora del matutino, al igual que los millones de televidentes, no entiende como las autoridades a las que le compete el caso de un estudiante desequilibrado con antecedentes perturbadores, no hayan tomado las precauciones del caso. Con una mezcla de impotencia y rabia, concluye diciendo que este asesino, por cultura o por naturaleza, hubiera sido una notoriedad en Hollywood.

El cine, considerado como la gran asamblea del siglo veinte, es ideal para confirmar esta hipótesis. Dos temas sirven para redondear la idea: Dios y la violencia. La representación del Diseñador Inteligente ha sido confusa hasta ir desapareciendo. Comenzó con la alusión de un señor de barba larga con una voz gruesa que hablaba entre nubes y que se desvaneció con la llegada del hombre a la luna. Solamente quedó la voz para ilustrar el mas allá. A partir de los noventa se utiliza también una voz femenina.

En contraste, el medio cinematográfico siempre ha representado la violencia. Desde “El Nacimiento de una Nación” de Griffith, hasta la “Pandilla Salvaje” de Sam Peckinpah, en la que comienza la gratuidad, la recreación en la crueldad y una estética de la violencia por la violencia.

En la década de los 30, en el cine sobre gángsters, los jóvenes hacen de la barbarie una forma válida de vida. El western, es la crónica de una época en la que unas gentes hicieron uso y abuso de la violencia para sobrevivir: La ley del más fuerte.

La segunda enmienda que institucionaliza la tenencia de armas en los Estados Unidos cuenta con recursos para el cabildeo exponencialmente superiores a las organizaciones que luchan por la regulación del uso de las mismas.

En la televisión entrevistan a una mujer que pasea un niño en un coche que habla a cámara y sentencia que en su país se necesitan 21 años para tomar una cerveza y solo 18 años para comprar una arma.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Derecho al Lujo

Henrique Lazo

En una universidad de Japón, la búsqueda fanática de la excelencia produce la tragedia del Hara-Kiri. En una universidad, “al sur del Caribe”, la pérdida de esa búsqueda deviene en mediocridad.

El profesor coloca en la pared las calificaciones finales correspondientes al año escolar. Los estudiantes se aproximan a ver sus calificaciones. El espectro es de cero a veinte. Un estudiante sentencia: “Diez es nota, lo demás es lujo”. Cuando se habla de excelencia no hay gangas. En Japón hay un dicho popular que reza: “Nada es mas caro que algo que se da gratis”.

La calidad del trabajo es una definición que no deja de ser tema de discusión, sobre todo, si tomamos en cuenta el precepto laboral que manifiesta “igual trabajo igual remuneración”. El arte, generalmente, trastoca los dogmas. El costo de pintar un edificio por cincuenta personas durante una semana, equivale, mas o menos, al valor de un cuadro pequeño de Jacobo Borges o una escultura mínima de Botero.

En el Cine se presenta constantemente una situación que también ilustra el tema. Cada vez que un director hace una toma, un grupo numeroso de personas entre artistas y técnicos se voltean hacia el director para escuchar su juicio. Puede ser mala, regular, buena, muy buena o excelente. No hay otra clasificación.

De su respuesta depende que se haga otra toma con las correcciones pertinentes o que deje así, se imprima y se pase a la siguiente escena. No hay vuelta atrás.

En una filmación que se realiza en un desierto de la Península de Paraguaná observamos que luego de finalizada la toma, en la que intervienen cien “extras” el director se dirige al camarógrafo y le pregunta: ¿Cómo quedó? El camarógrafo, mientras tranca el trípode de la cámara, contesta tranquilamente… “bien”.

El director demanda, extrañado: “Bien”… así nada mas?”

Estamos en el medio de un desierto, toda la noche sin dormir para esperar la luz suave del amanecer, usando una carro de época que fue trasladado en ‘trailer’ cuatrocientos kilómetros, elenco de primera y mas de 100 personas en escena, un teleobjetivo de 1000mm y una cámara de alta velocidad, y tu me dices, así no mas… “está bien”.

“Bien” es como sacar 10. Una película construida con tomas de “10”, terminará siendo una película de 10. Se perdió el esfuerzo.

El camarógrafo medita, mientras recorre decenas de miradas y la del director que espera su juicio.

¿Y entonces?

El camarógrafo corrige: “está Excelente”.

Wrap it up!

martes, 15 de mayo de 2012

Casting

Henrique Lazo

En la pared de una casa se lee "casting". Una flecha indica donde está la acción. Un grupo de jóvenes de ambos sexos conforman una fila. De un vehículo descienden dos muchachas, una de ellas, luce desmedidamente voluptuosa: falda pegada, corta y para colmo roja. El pelo negro, y una mirada tan sensual, que el taxista, todavía con los ojos agradecidos, susurra tembloroso: "lo que usted quiera darme señorita".

Se trata de seleccionar dos representantes muy particulares de la especie humana. "Se buscan jóvenes de ambos sexos, de 17 a 23 años. Piel espectacular, cabello espectacular, piernas espectaculares. Ella, senos espectaculares; él, cuadritos en el estómago, espectaculares”. En fin, se busca, la prueba de que Dios existe!

El proceso comienza en una agencia de publicidad y una vez establecido el perfil de los modelos, se comunican con las agencias de talento. La publicidad en Venezuela es un mundo de mujeres. A diferencia del machista inglés, - que no acepta que sus esposas, ostenten salarios o posiciones superiores, en el campo laboral, pero que son permisivos a la hora de las relaciones "extra-cátedras", el macho venezolano, no le importa que su mujer trabaje y tenga un mejor salario, con tal de que, ni se le ocurra compartir su tesoro con la competencia.

De esos procesos salen las mujeres que nos representan en los concursos de belleza. Todavía se recuerda a la muchacha que le tocó explicar en TV, a millones de personas de todo el mundo, la situación de su país en medio de la lamentable incertidumbre generada por la destitución de un presidente por actos de corrupción. En aquella oportunidad, la delegada, habló como un diplomático autorizado.

Es en los partidos políticos es donde se confeccionan los candidatos que componen nuestra distinguida clase política. Muchas veces estos aspirantes no son seleccionados por su capacidad y competencia en las distintas áreas solicitadas, sino por su sumisión a eso que tristemente denominan "los intereses del país político".

En el otro país, el país nacional, al que pertenecemos paradójicamente quienes pagamos sus sueldos, nos toca “escogerlos” a la manera de la gallinita ciega: pagando el formulario pero dejando que ellos escojan los caballos.


jueves, 3 de mayo de 2012

Uslar y Chávez

Henrique Lazo

Asociar dos venezolanos de diferentes épocas y de entornos disímiles, es lo que podríamos llamar un sincretismo social. Juan Uslar Pietri, historiador y diplomático –ya desaparecido- y Hugo Chávez Frías, militar y actual Presidente de Venezuela, se unieron virtualmente una mañana de diciembre en los estudios de Televén durante una entrevista que le realizó Carlos Fernández al entonces candidato y actual mandatario.

Chávez comenta que Juan Uslar Pietri es el autor de “La Rebelión Popular de 1814” y también de "El Bravo Pueblo”. Con esos libros daba clases en la Academia Militar y un día en que le llamaron la atención se justificó diciendo “que si era Uslar Pietri, el autor de tales afirmaciones, no debía ser tan malo”.

Juan Uslar Pietri, vivió casi toda su vida lejos de Venezuela, y sin embargo, su obra, mayormente, se la dedicó a la historia de nuestro país. El “Bravo Pueblo” –Madrid 1961-, describe minuciosamente los diferentes ambientes de la Venezuela después de la Independencia. Es una novela en la que el autor logra reunir, por una circunstancia fortuita, cinco personajes desiguales que narran sus vidas, poco antes, de ser fusilados la noche del 9 de Enero de 1860 en la ciudad de Santa Inés, iluminada de fogatas amarillas, en plena Guerra Federal, y en la que vivió sus últimos momentos, Ezequiel Zamora.

La historia de la “Rebelión Popular de 1814” –París 1953- , describe el horror de Caracas, ante la llegada inminente de Boves, la Emigración a Oriente y las causas y consecuencias de la caída de la Primera República. El escritor la sintetiza en el prólogo destacando que “la rebelión popular en 1814, no fue un simple acontecimiento local, natural en la lucha, sino el suceso social de mas envergadura que registra la Historia de las Emancipación Americana”.

Carlos Fuentes, en su “Espejo Enterrado”, despertó la necesidad de comprender, cada vez mas, el término “sincretismo”. De ubicarlo e identificarlo en sus manifestaciones y escudriñar los hechos en que las mezclas de corrientes distintas tuviesen un punto de coincidencia. Festejar la magia de ser un producto mestizo de la fusión africana, indígena y europea. El resultado, es una sinfonía de la cultura iberoamericana.

A Juan Uslar Pietri no le pude pedir su opinión sobre Hugo Chávez, pues falleció el mismo año, meses antes, de las elecciones. Fue Arturo Uslar Pietri, su hermano mayor, a quien le escuché decir, días después de una visita que le hiciera el entonces candidato: “si se percibe como un gerente, le puede hacer mucho bien al país, si se percibe como un iluminado, mucho daño”.