jueves, 5 de abril de 2012

El canal del Medio

Henrique Lazo

En el descanso de una reunión de trabajo, y conversando con representantes de diferentes disciplinas profesionales, el tema de la “Tercera Vía”, tiene evocaciones diferentes.

Para el músico, es imposible olvidar que en 1985, Sting, cantante, compositor y fundador del grupo Police y abanderado en apoyar a grupos indígenas del Amazonas, compuso una canción que podría ser algo asi como el ultimo grito de paz antes de que el muro de Berlín y con él la dictadura comunista, pasaran a la historia.

La canción “Russians” era un llamado a los rusos para buscar una solución o una alternativa entre las dos corrientes extremas de ese momento. Sting, le pone letra a una bella melodía de Sergey Prokofiev y exhorta a comprender que independientemente de las ideologías, está la biología y ante una inminente conflagración mundial, espera que los rusos también quieran a sus hijos.

El escritor del grupo, cita a Carlos Fuentes: ”el llamado socialismo real, que no era ni socialismo, ni real, sino la fachada totalitaria y dogmática de una economía sin libertad ni eficacia, murió al caer el muro de Berlín en 1989.

En su lugar, otro dogma, el de la libertad irrestricta del mercado, fue puesto en práctica por los Gobiernos de Ronald Reagan en EE UU y Margaret Thatcher en la Gran Bretaña. Supuestamente abandonadas a la mano divina del mercado, las fuerzas económicas, concentradas en la cúspide, poco a poco irían goteando sus beneficios hacia las mayorías. Tampoco sucedió así”.

Para el recién graduado de Ingeniero, entre trabajar en la administración pública o empezar una carrera profesional en una empresa ya existente, la tercera vía es crear su propia empresa en la Internet.

Para el estudioso de la cultura china, cuando una persona lanza -6 veces- las 3 monedas con las que se explora el “I Ching” o “Libro del Cambio”, para tomar una decisión importante y obtiene un resultado de 3 caras o 3 sellos; ésta no se considera una lectura estable, duradera. Por el contrario, es con dos sellos y una cara, o dos caras y un sello, cuando, el oráculo de 64 hexagramas, acepta una lectura permanente; en otras palabras, sin oposición, el pensamiento o la idea, no se sustenta.

Me imagino y deseo, que eso, que se ha denominado la “Tercera Vía”, además de la conocida acepción socioeconómica propuesta al mundo por Anthony Giddens, sea una esperanza, una respuesta a dos posiciones radicales que en el fondo solo tratan de conciliar la misma oferta: libertad e igualdad.

lunes, 2 de abril de 2012

Rebelión en la granja

Henrique Lazo

En la década de los años cincuenta, en Caracas, los largometrajes de dibujos animados producidos por Walt Disney se estrenan en el antiguo Cine Lido. “La Bella Durmiente”, “Blancanieves”, “Fantasía” o “Peter Pan”. Cada nueva película, para los niños, es un acontecimiento.

Para los mas adultos, James Dean acapara la escena. Un año, apenas, dura la carrera cinematográfica del actor. Tres películas lo inmortalizan. “Al Este del Paraíso” –de Elia Kazan- , “Rebelde Sin Causa” –con Natalie Wood- y “Gigante” –junto a Liz Taylor y Rock Hudson. Las tres componen un paradigma del buen cine norteamericano: comercial, con calidad y contenido. En esa misma época, en Venezuela está instalado un gobierno militar y en los EEUU aparece el Rock & Roll.

En 1955, en el Teatro Río, en Sabana Grande, se estrena “Rebelión en la Granja” (Animal Farm), el primer largometraje de dibujos animados producido por la Gran Bretaña. Basada en la obra homónima de George Orwell, quien, a su vez, realizó el guión para los esposos John Halas Y Joyce Batchelor, productores y animadores del filme. A diferencia de las obras de Disney, “Rebelión en La Granja”, es una película dura, demasiado fuerte para los niños, -y como es en dibujos animados- poco atrayente para los adultos.

George Orwell, (1903-1950) escritor inglés, nacido en India y autor de numerosas obras, entre ellas,“1984”, fue en su tiempo –y lo es actualmente- el dolor de cabeza de todos los que soportan el totalitarismo como una concepción política. “Animal Farm”, 60 años después de su primera edición (1945), aún continúa prohibida en países operados por dictaduras.

Tanto en la película como en la novela, los personajes –representados por animales- satirizan la oferta de la extinta Rusia Socialista, que manifiesta un sistema de igualdades, y no es otra cosa, que otra dictadura feroz –disfrazada-, “en nombre de la clase obrera”.

En la obra se aprecia a Marx, Lenin, Trotsky y Stalin –interpretados por cochinos- en situaciones exactas a la vida real. Relata Orwell: "Rebelarse contra un gobierno dictatorial, es un derecho de las Fuerzas Armadas; rebelarse en contra de un sistema democrático, es un delito".

Aquel sábado por la tarde, de 1955, en el Cine Río, no estaban la “La Dama y El Vagabundo”. En su lugar, estaba la “Granja”, con animales transformados en hombres: explotando al hombre -en nombre del hombre-. George Orwell, se equivocó con el final en “Animal Farm”, respecto a la muerte del comunismo. En la vida real, a el Comunismo no lo derrotó ningún ejército; fracasó.