miércoles, 28 de mayo de 2014

UNA OFERTA

Henrique  Lazo

La sangre del enemigo es cara, le dice el representante de las otras cuatro familias de la mafia a Tom Hagen, el abogado asesor de la familia Corleone,  para evitar una guerra que está próxima a realizarse y que no se produce desde hace diez años.

El narcotráfico ha entrado en el juego y la familia Corleone que tiene un pequeño vínculo con la ética representado por el anhelo de Don Vito de tener negocios legales, se opone.

La Organización Corleone, personifica la impunidad. Varias décadas dedicadas al contrabando, casinos y evasión fiscal, le han consolidado una red de intereses que le proporcionan seguridad para sus negocios.

En los países democráticos, que son perfectibles, el crimen organizado tiene que comprar a los magistrados y a los policías; en los países totalitarios no hace falta porque forman parte de la orquesta.

La película “El Padrino” marca un hito en la producción cinematográfica del Siglo XX. Francis Ford Coppola logra conciliar dos características que le dan ese toque magistral a sus películas. Consiste en lograr una pieza que mezcla la estética europea con la cadencia del cine norteamericano.

Una película con el vestuario adecuado, locaciones reales, actores convincentes y narrada con el ritmo de la edición y los recursos del cine de Los Ángeles, es una oferta difícil de rechazar.

No produce el mismo efecto, una historia contada por una persona frente a una calle, dejando a la imaginación del espectador los acontecimientos.

Menos mal que todas las películas no son iguales. Bienvenida la de los hombres arañas, los supermanes, las interminables películas francesas con sus interminables diálogos, los 800 largometrajes hindúes y cualquier expresión que nos recuerde que somos libres de escoger.


La libertad es el oxigeno de la existencia. Sin ella, las especies se degeneran y mutan en organismos que desaparecen rápidamente y se transforman en arena de coral.

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