Henrique Lazo
Resulta contradictorio que siendo el humor una característica exclusiva de la especie humana, existan pocos estudios acerca del axioma.
Sin embargo, si uno busca despiadadamente entre los pensadores, encuentra que figuras de la talla del psicólogo Sigmund Freud y el filósofo Henri Bergson han dedicado ciertamente mas de una cuartilla para dilucidar o aproximarse a una explicación aceptable del fenómeno.
Freud dice que detrás de toda broma hay siempre una verdad. Y es que cuando reconocemos la realidad podemos reírnos de ella.
La risa es posible si logramos ponernos en el lugar del otro. Aunque ese otro seamos nosotros mismos, vernos desde otra perspectiva, nos hace reconocernos si somos capaces de abandonar por un momento el lugar del ego.
Para Bergson, fuera de lo propiamente humano, no existe nada cómico. Explica que cuando reímos al ver un animal, es debido a que sorprendemos en él una actitud o expresión humana.
Y los objetos que nos hacen reír, no es debido por el material de que están hecho, sino por la forma que los hombres le dieron, es decir, esta asociado al hombre, no al material que es un producto regular.
Freud hace una comparación del sueño con la técnica del chiste. En ambos se sufre una condensación y abreviación. Unas veces el sueño crea formaciones mixtas de palabras que luego podemos descomponer en el análisis; y otras, imágenes que coinciden por completo con una persona o un objeto determinados.
Ambos hallan en lo inconsciente las condiciones de su génesis. Para muestra sobra un botón:
Un señor que nació en Australia y tiene varios años viviendo en otro país decide hacerse ciudadano de dicha nación. Después de los trámites de rigor y los martirios de rutina, le entregan su cédula de identidad que dice que su nacionalidad es Austriaca.
El señor se dirige a la señorita y le señala que nació en Australia. La joven le dice que espere un momento que lo va a reportar. Al rato regresa muy sonriente y le dice al caballero, "no se preocupe señor, se puede decir de las dos maneras".
viernes, 19 de agosto de 2011
miércoles, 17 de agosto de 2011
Crimen autobiográfico (II)
Henrique Lazo
Si hay algún país que conoce lo que es una dictadura ése es Polonia. El comunismo y el fascismo hicieron de la suyas en la tierra de Chopin. Ocupada y desmembrada por los nazis en 1939. Sometida por los soviéticos hasta 1980 en que el país recobró la democracia. Los polacos aprendieron que las dictaduras son iguales y los prefijos diferentes no alteran el producto final.
Los verdaderos héroes como Nelson Mandela no cobran recompensa y el río de la historia se encarga de encontrarles un puerto seguro. Los déspotas empiezan abogando por los derechos de los demás y terminan esclavizándolos por la misma razón que los defendieron. El cuento lo echan los vencedores hasta que a nadie le importa. “Cualquier verdad es mejor que una duda indefinida”.
En 1939, Alemania invadió Polonia. Dos días después, el Reino Unido y Francia le declararon la guerra al país agresor y comenzó en Europa la Segunda Guerra Mundial. El 17 de septiembre la Unión Soviética ocupa Polonia. Los ejércitos nazis y comunistas no se atacaron entre sí, y se la repartieron, como habían acordado en una cláusula secreta.
David Grann, escritor del diario New Yorker, es el autor del libro “El diablo y Sherlock Holmes”. Estructurado con 12 narraciones verdaderas sobre crímenes, locuras y obsesiones corroboran la máxima de Arthur Conan Doyle que asegura que la realidad es infinitamente mas extraña que cualquier relato inventado.
Una de las historias es sobre el crimen atribuido a Kristyan Bala, un escritor polaco de poca monta, que luego de una investigación ejecutada por un detective competente, el juez lo condenó a 25 años de prisión por cometer un asesinato que luego transformó en novela. Dos crímenes: uno social y otro literario.
El libro “Amok” tuvo poca aceptación. El éxito consistió en que su misma obra se convirtió en una de las pruebas que finalmente demostraron que no era un escritor que había escrito un libro sobre un crimen, sino un asesino que escribió un libro que pretendió ser novela y se convirtió en autobiografía.
Si hay algún país que conoce lo que es una dictadura ése es Polonia. El comunismo y el fascismo hicieron de la suyas en la tierra de Chopin. Ocupada y desmembrada por los nazis en 1939. Sometida por los soviéticos hasta 1980 en que el país recobró la democracia. Los polacos aprendieron que las dictaduras son iguales y los prefijos diferentes no alteran el producto final.
Los verdaderos héroes como Nelson Mandela no cobran recompensa y el río de la historia se encarga de encontrarles un puerto seguro. Los déspotas empiezan abogando por los derechos de los demás y terminan esclavizándolos por la misma razón que los defendieron. El cuento lo echan los vencedores hasta que a nadie le importa. “Cualquier verdad es mejor que una duda indefinida”.
En 1939, Alemania invadió Polonia. Dos días después, el Reino Unido y Francia le declararon la guerra al país agresor y comenzó en Europa la Segunda Guerra Mundial. El 17 de septiembre la Unión Soviética ocupa Polonia. Los ejércitos nazis y comunistas no se atacaron entre sí, y se la repartieron, como habían acordado en una cláusula secreta.
David Grann, escritor del diario New Yorker, es el autor del libro “El diablo y Sherlock Holmes”. Estructurado con 12 narraciones verdaderas sobre crímenes, locuras y obsesiones corroboran la máxima de Arthur Conan Doyle que asegura que la realidad es infinitamente mas extraña que cualquier relato inventado.
Una de las historias es sobre el crimen atribuido a Kristyan Bala, un escritor polaco de poca monta, que luego de una investigación ejecutada por un detective competente, el juez lo condenó a 25 años de prisión por cometer un asesinato que luego transformó en novela. Dos crímenes: uno social y otro literario.
El libro “Amok” tuvo poca aceptación. El éxito consistió en que su misma obra se convirtió en una de las pruebas que finalmente demostraron que no era un escritor que había escrito un libro sobre un crimen, sino un asesino que escribió un libro que pretendió ser novela y se convirtió en autobiografía.
Crimen autobiográfico ( I)
Henrique Lazo
Lo que parecía una noticia de esas que protagonizan las portadas de los diarios como reina por un día, se convirtió, semanas después, en la sentencia del polaco Krystian Bala a 25 años de cárcel. El escritor -por llamar así a alguien, que consignó en forma de novela su propia tragedia- salió airoso en la ficción de su libro pero no en la realidad; ésta, fue mas justa. Realidad y ficción se sustentan mutuamente. El arte reproduce la realidad y la realidad rivaliza con el arte y a veces es difícil diferenciar entre uno y otro.
A diferencia de los miembros del jurado de O.J.Simpson, que fueron los únicos que lo consideraron inocente de haber asesinado a su esposa; en este caso, el juez consideró las evidencias y el patético autor de “Amok” pasó de ser un hombre normal del mundo libre, al mundo totalitario, donde se está preso o se es carcelero.
La magnificación que frecuentemente hacen los medios de algunos asesinos alimenta la disyuntiva de si es la gente la que se interesa en estas historias o son los medios los que registran estas tragedias porque al público le gusta. ¿Son los medios de comunicación los que modelan la sociedad o son los medios un producto de la civilización que los origina? Eterno dilema. Dando y dando.
Estos personajes -por citar algunos-, exaltados por la popularidad, son de larga data. Jack -“el destripador de Londres”-; Caryl Chessman, “el asesino de la luz roja”, ejecutado en la cámara de gas de la prisión de San Quintín; Charles Manson, que cumple cadena perpetua por la muerte de Sharon Tate; y David Chapman, en prisión igualmente, por matar a John Lennon, son motivos de libros, películas y hasta canciones.
En Hollywood, el contenido hace tiempo que está muy por debajo de “la forma”. La mayoría de los largometrajes producidos en el oeste norteamericano se realizan con los mas avanzados recursos de la tecnología pero los relatos se repiten. De allí, que se recurra a las historias mas insólitas para hacer películas que, al parecer, lejos de colaborar con la sociedad que las emite, fomentan conductas que a la larga son una fábrica de monstruos sociales.
Lo que parecía una noticia de esas que protagonizan las portadas de los diarios como reina por un día, se convirtió, semanas después, en la sentencia del polaco Krystian Bala a 25 años de cárcel. El escritor -por llamar así a alguien, que consignó en forma de novela su propia tragedia- salió airoso en la ficción de su libro pero no en la realidad; ésta, fue mas justa. Realidad y ficción se sustentan mutuamente. El arte reproduce la realidad y la realidad rivaliza con el arte y a veces es difícil diferenciar entre uno y otro.
A diferencia de los miembros del jurado de O.J.Simpson, que fueron los únicos que lo consideraron inocente de haber asesinado a su esposa; en este caso, el juez consideró las evidencias y el patético autor de “Amok” pasó de ser un hombre normal del mundo libre, al mundo totalitario, donde se está preso o se es carcelero.
La magnificación que frecuentemente hacen los medios de algunos asesinos alimenta la disyuntiva de si es la gente la que se interesa en estas historias o son los medios los que registran estas tragedias porque al público le gusta. ¿Son los medios de comunicación los que modelan la sociedad o son los medios un producto de la civilización que los origina? Eterno dilema. Dando y dando.
Estos personajes -por citar algunos-, exaltados por la popularidad, son de larga data. Jack -“el destripador de Londres”-; Caryl Chessman, “el asesino de la luz roja”, ejecutado en la cámara de gas de la prisión de San Quintín; Charles Manson, que cumple cadena perpetua por la muerte de Sharon Tate; y David Chapman, en prisión igualmente, por matar a John Lennon, son motivos de libros, películas y hasta canciones.
En Hollywood, el contenido hace tiempo que está muy por debajo de “la forma”. La mayoría de los largometrajes producidos en el oeste norteamericano se realizan con los mas avanzados recursos de la tecnología pero los relatos se repiten. De allí, que se recurra a las historias mas insólitas para hacer películas que, al parecer, lejos de colaborar con la sociedad que las emite, fomentan conductas que a la larga son una fábrica de monstruos sociales.
jueves, 4 de agosto de 2011
Al Contado
Henrique lazo
Entre las acciones mas absurdas que puede hacer un gobierno, en nombre del pueblo que lo sustenta, es la compra de armamento. Si los usan, significa que muchas familias se quedarán sin alguno de sus seres queridos. Si no los usan, habrán invertido recursos que podrían haberse usado en cosas más edificantes que matar muchachos para justificar cualquier infamia.
Diez años y 83 millones de dólares dedicó la Organización Mundial de la salud para eliminar la viruela. Esa cantidad, es el costo de un bombardero estratégico moderno. El precio de un submarino con proyectiles nucleares es equivalente a tres veces el presupuesto que se necesita para erradicar el paludismo en el mundo.
Los gastos militares son, de todos los gastos públicos, los que menos empleo y actividad económica producen. Mil millones de dólares en gastos militares crean 76.000 empleos y la misma suma invertida en programas sociales genera 100.000.
Los recursos empleados en la investigación médica constituyen una quinta parte de los dedicados a la investigación y el desarrollo militar. El promedio de gastos militares mundiales es cerca de un millón de dólares por minuto.
Alrededor del 25% del personal científico mundial se dedica a actividades relacionadas con asuntos militares. El consumo militar mundial de hidrocarburos líquidos es el doble del consumo anual de toda África y aproximadamente al 3,5% del consumo mundial.
Las armas nucleares estratégicas acumuladas en los arsenales del mundo son suficientes para destruir varias veces nuestro planeta. Su potencia combinada es de más de un millón de veces superior a la de la bomba que destruyó a Hiroshima en 1945.
El tráfico de armas es el segundo negocio ilícito después del de las drogas, pero el negocio de las armas sigue siendo el más rentable del mundo. Los focos de guerra en distintas partes del globo están haciendo pasar por uno de sus mejores momentos al comercio internacional de armas.
El mercado ilegal de armas livianas, que alimenta guerras y crímenes, mueve más de 1000 millones de dólares y causa 1.000 muertes al día. El que habla de guerra, habla de negocio. 250.000 años habitando este planeta no han sido suficientes, el cerebro humano continúa siendo el arma más letal.
Entre las acciones mas absurdas que puede hacer un gobierno, en nombre del pueblo que lo sustenta, es la compra de armamento. Si los usan, significa que muchas familias se quedarán sin alguno de sus seres queridos. Si no los usan, habrán invertido recursos que podrían haberse usado en cosas más edificantes que matar muchachos para justificar cualquier infamia.
Diez años y 83 millones de dólares dedicó la Organización Mundial de la salud para eliminar la viruela. Esa cantidad, es el costo de un bombardero estratégico moderno. El precio de un submarino con proyectiles nucleares es equivalente a tres veces el presupuesto que se necesita para erradicar el paludismo en el mundo.
Los gastos militares son, de todos los gastos públicos, los que menos empleo y actividad económica producen. Mil millones de dólares en gastos militares crean 76.000 empleos y la misma suma invertida en programas sociales genera 100.000.
Los recursos empleados en la investigación médica constituyen una quinta parte de los dedicados a la investigación y el desarrollo militar. El promedio de gastos militares mundiales es cerca de un millón de dólares por minuto.
Alrededor del 25% del personal científico mundial se dedica a actividades relacionadas con asuntos militares. El consumo militar mundial de hidrocarburos líquidos es el doble del consumo anual de toda África y aproximadamente al 3,5% del consumo mundial.
Las armas nucleares estratégicas acumuladas en los arsenales del mundo son suficientes para destruir varias veces nuestro planeta. Su potencia combinada es de más de un millón de veces superior a la de la bomba que destruyó a Hiroshima en 1945.
El tráfico de armas es el segundo negocio ilícito después del de las drogas, pero el negocio de las armas sigue siendo el más rentable del mundo. Los focos de guerra en distintas partes del globo están haciendo pasar por uno de sus mejores momentos al comercio internacional de armas.
El mercado ilegal de armas livianas, que alimenta guerras y crímenes, mueve más de 1000 millones de dólares y causa 1.000 muertes al día. El que habla de guerra, habla de negocio. 250.000 años habitando este planeta no han sido suficientes, el cerebro humano continúa siendo el arma más letal.
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