martes, 4 de junio de 2013

Cazabacterias


Henrique Lazo

Mientras los hombres se matan durante la primera y la segunda guerra mundial, un pequeño grupo de hombres libra una batalla contra los microbios. Una parte de la especie se dedica a producir víctimas, y la otra parte, a combatir las bacterias que infectan las heridas. Los recursos y los utensilios son diferentes.

Es inmensamente mas difícil conseguir fondos para las instituciones científicas de investigación que para cualquier reyerta. Hace poco, ante las cámaras de televisión de diferentes cadenas informativas del mundo, un grupo de científicos se desnuda, para poder financiar sus investigaciones.

No les fue difícil a los hombres probar sus instrumentos de destrucción en el siglo XX. En 1914 apareció el primer “caza” inglés. En 1939 fue inventado el Cóctel Molotov por los finlandeses en su guerra contra la Unión Soviética.

El 6 de agosto de 1945, Estados Unidos arroja una bomba nuclear sobre la ciudad japonesa de Hiroshima. En 1960, durante la guerra de Vietnam, un arma nueva capaz de asolar hectáreas de terreno bajo una bola de fuego, sorprende al mundo: las bombas de Napalm.

En el mismo siglo XX, se descubren y desarrollan las armas mas importantes con que cuenta el ser humano para defenderse de los microbios: los antibióticos y los come bacterias. En 1928, Alexander Flemming, medico escocés, descubre por casualidad las bondades del hongo Penicillium que da origen a la Penicilina.

En la extinta Unión Soviética, en Tbilisi, capital de la provincia de Georgia, hoy estado independiente, George Eliava, aísla, igualmente por accidente, un virus capaz de comerse a las bacterias y que se convierte en el aliado perfecto de los antibióticos.

Alexander Sulakvelidze, continúa la obra de Eliava en el Instituto de Microbiología de Tbilisi y desarrolla un banco de come bacterias, capaz de combatir los microbios mas comunes, incluso aquellos inmunes a los antibióticos. En 1989, cae el muro de Berlín y Alexander Sulakvelidze, cambia el rió Mtkvari de Georgia, por la bahía Chesapeake en Baltimore.

En el Centro Medico de Maryland, junto a Glenn Morris, uno de los primeros epidemiólogos del mundo, propone la utilización de los come bacterias en los Estados Unidos. La tarea no es sencilla. Se espera para dentro de cinco años su aprobación. En Europa del Este se consiguen normalmente.

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