Henrique Lazo
Toda la vida, los humanos asistimos emocionados a contemplar en las novelas, en el teatro, en la radio, en el cine o en la televisión, eso que se conoce como ficción. El acto de encubrir, aparentar, simular o disfrazar una interpretación de la realidad. Algo creado por la imaginación.
En la pintura, el Impresionismo retaba a los fotógrafos con una “impresión” de la realidad. El Cubismo, distorsionaba la figura humana y el Cinetismo, la desaparecía. Llamar la atención de fenómenos reales a través de una ficción estética.
Hoy en día, es cada vez mas numeroso el público que enciende sus televisores para presenciar los “Reality Show” o “la realidad real”. Los hechos tal como son, los acontecimientos como ocurren, sin interferencia. La vida misma puesta allí, sin censura y al natural, lo menos cultural posible.
Son el registro de la vida cotidiana de unos seres que son recluidos en una especie de estudio con cámaras en todos los rincones -incluyendo los mas íntimos- para ver sus reacciones ante situaciones supuestamente verdaderas. Protagonistas de escenas genuinas, producto de la convivencia. Ya no se trata del “realismo mágico” de la literatura latinoamericana, en el que los curas levitan tomando coca cola y las vírgenes atraviesan las paredes.
En Octubre de 1938, Orson Welles, realizador de “Ciudadano Kane”, la película seleccionada como la mas importante del siglo XX, transgredió la norma. Adaptando para un programa de radio, la novela de ciencia ficción “La Guerra de los Mundos”, conmocionó a los millones de norteamericanos que escuchaban aterrados la transmisión de una invasión marciana a la tierra. El programa escrito y ejecutado como un boletín de noticias, convirtió la ficción en realidad.
Desde que la televisión nos convirtió en “Indígenas de la Aldea Global” muchas imágenes de sucesos captados en el mismo momento en que ocurren forman ya parte de nuestro “disco duro”. Quizás el auge de estos programas “reales” sea que no sabemos vivir, o como se debe vivir y esperamos encontrar paradigmas para nuestras existencias. “Enséñeme a ver como hacen ustedes la cosa”, o será, que nos gusta ejercer la facultad de ponernos los “ojos de Dios” para monitorearnos a cada instante y que nos convierte en “protagonistas de planeta”.
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En esta noche de lluvia y descanso, nada como un guariche tuyo. Los extranaba. En cuanto al tema de hoy, yo aun prefiero la magia, la fantasia, la realidad la veo todos los dias al despertarme, y es bueno escaparse un poco de ella... Tal vez yo no sepa vivir, no se si lo hago bien, pero eso de ir a buscar paradigmas en "Jersey Shore" no va conmigo, bastante es la miseria en la vida propia para ver la de los demas jajaja prefiero vivir la vida con mis propios errores jajajaja
ResponderEliminarLayla
Las ocasiones en las que me he conectado con un reality ha sido para comparar las reacciones de otros con las propias; aun sabiendo, que nunca serán las mismas porque no estaré exponiendo mis miserias ante millones de televidentes. Se que es una ficción, y que de real tienen muy poco...Recuerdo una telenovela colombiana "El auténtico Rodrigo Leal" que mostró como aun la realidad puede ser sólo consecuencia...
ResponderEliminarSabes, creo que a la mayoría le gusta monitorear al otro, quizás porque andamos en una búsqueda inconsciente del autodescubrimiento como seres humanos, que a mi manera de ver trata de conocer que tan bajo puede llegar la inteligencia humana, para luego de eso hablar de las miserias del otro, pero nunca de sus virtudes.
ResponderEliminar"Programas de realidades manipuladas" :S Excelente guariche tocayo por fonética (Enrique Toro)
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