lunes, 6 de diciembre de 2010

La Cuerta Pared

Henrique Lazo

Nueva York, después del atentado y destrucción de las torres gemelas, aparentemente, no luce distinta. Una pertinaz lluvia con viento, da la bienvenida al otoño. Los precios de los artículos se mantienen constantes pero cada vez mas inaccesibles al turista latinoamericano.

Las noticias sobre un francotirador en los alrededores de Washington y el reporte del tiempo, no disminuyen el ritmo de una ciudad que destinó un parque “Strawberry Fields” a la memoria de uno de sus huéspedes mas queridos: John Lennon.

Rumbo a Soho, un taxista salvadoreño que estudia teatro y mantiene vivo su sueño trabajando como chofer de una línea de Manhattan’, explica que su país se está recuperando firmemente de una guerra que lo desangró y arruinó.

Pregunta sobre la situación política de Venezuela, y una larga pausa, le confirma su percepción. Las noticias de las cadenas de información y las novedades directas provenientes de venezolanos y latinoamericanos, no le vislumbran un panorama claro. Es el momento de romper la “cuarta pared”, sentencia.

En Annie Hall, la extraordinaria y laureada película de Woody Allen, hay una escena entre Diane Keaton y el propio Allen en una fila para comprar las entradas en la taquilla de una sala de cine.

El actor camina hacia cámara, y de la nada, trae al plató al Profesor Marshall McLuhan, para desmentir a un señor con el cual discutía. Allen le habla directamente al espectador, provocando lo que se conoce en el teatro como “romper la cuarta pared”: la que está entre el publico y el personaje; las otras son la profundidad, el largo y el ancho.

El joven taxista, ante mi extrañeza por su analogía entre las circunstancias políticas de una nación y una situación dramática, explica que en un Estado las tres paredes son: la sociedad civil, el gobierno y los medios de comunicación. La cuarta pared es el dogma, la intolerancia.

En El Salvador aprendimos que gobernar es conciliar, no reprimir. Lo fácil, lo predecible, es la confrontación. Romper la cuarta pared es conversar, negociar, ponerse de acuerdo. Nunca es tarde para detenerse ante el abismo”.

Venezuela siempre ha sido un sitio del que nadie se quiere ir. A lo largo del siglo XX, miles y miles de personas, provenientes de Europa y Latinoamérica, vieron en nuestro país un sitio para trabajar y tener familia.

Muchos jóvenes viajaron al exterior para formarse y adquirir una profesión, pero siempre, con la idea y el deseo de regresar para desarrollarse y progresar dentro de sus fronteras.

6 comentarios:

  1. Muy acertado Lazo, sin duda alguna romper esa cuarta pared debe ser una prioridad hoy en día. Tu, con tus Guariches ayudas a martillar esa pared.. Que caiga.

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  2. Excelente, yo tengo la esperanza de seguir en el pais, hay que romper la cuarta pared.

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  3. Muy buen artículo! Te apoyo. La polarización es la fábrica de ladrillos de esa pared... nada como apoyar lo q nos beneficia a largo plazo y exigir coherentemente que el gobierno corrija las acciones que perjudican los intereses comunes de la sociedad.

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  4. Buen escrito, Lazo. Ya hacían los Guariches. La cuarta pared la hemos creado nosotros mismos, y nosotros mismos podemos romperla.

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  5. Sensei como siempre tocando la fibra del ser humano racional de una manera que, solo puede ser contada por un hombre de mundo y mente amplia. Es mas que un placer seguir en el guaricheo y cien por ciento venezolano...

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