lunes, 27 de septiembre de 2010

SIGUE VIVA

Henrique Lazo

No es pequeña la tarea que le toca a Barack Obama como presidente de los Estados Unidos en los próximos años.

De los temas urgentes de su agenda, resolver los dos frentes beligerantes con Irak y Afganistán y la implementación de un sistema de salud que provea atención medica a todos sus compatriotas, son prioritarios.

Aunque la guerra es un buen negocio sólo para unos pocos y la desgracia para el resto que la padece, los conflictos no parecen tener solución a corto plazo. En cuanto a la implementación del sistema de salud, una condimentada oposición se le resiste.

La publicación del libro “La Vida Inmortal de Henrietta Lacks”, podría justificar sobradamente la adopción de un sistema de salud para el resto de los ciudadanos norteamericanos y complementa una demanda colectiva que debería estar incluida en las tablas de los derechos humanos:

“Toda nación debe garantizar a cada uno de sus ciudadanos, una atención medica adecuada”.

“La Vida Inmortal de Henrietta Lacks” es la biografía de una heroína anónima y sus descendientes. Henrietta Lacks fue una agricultora pobre que trabajó la misma tierra que sus antepasados esclavos al sur de Virginia y contrajo cáncer cuando tenía 30 años.

Poco antes de morir, en 1951, le fue tomada una muestra de sus células. Nadie sabe como, pero las células nunca murieron. No solo se reproducen y ejercen todas sus funciones, sino que además, ni siquiera envejecen. Los científicos las denominan células HeLa.

Las células HeLa fueron vitales para desarrollar la vacuna contra el polio y para elaborar medicinas decisivas en la lucha contra el cancer.

Los descendientes de Henrietta no supieron de su "inmortalidad" hasta más de veinte años después de su muerte y aunque las células se han convertido en una industria multimillonaria que vende materiales biológicos humanos, su familia nunca disfrutó de ninguna ganancia.

Paradójicamente, los hijos de Henrietta y sus nietos siguen viviendo sin un seguro médico.


@henriquelazo

jueves, 16 de septiembre de 2010

La Razón De Mi Vida

Henrique Lazo

Conversar con Fito Páez y no preguntarle por Evita, es un atrevimiento mayor que preguntárselo. El personaje de Eva Duarte de Perón es un tema controversial para el pueblo argentino. La tentación es muy grande.

El cantautor habla de los problemas surgidos con su reciente película en Argentina pues se basa en un hecho real que se prefiere olvidar. La cena está servida. Igual situación vivieron los realizadores de “Evita” para filmar en Buenos Aires, teniendo que rodar en Hungría.

Para unos, Eva Perón es Santa Evita, la madre de los descamisados. Para otros, una cortesana moderna.

Eva Perón escribe su biografía “La Razón De Mi Vida” en 1952, poco antes de morir. De Los Toldos a Europa. Su existencia se convierte en una leyenda y sirve como tema para varios libros, unos en contra y otros a favor. Debates en programas de televisión, encuestas y artículos de prensa.

Andrew Lloyd Webber y Tim Rice, -los creadores de "Jesus Christ Superstar"- convierten a “Evita” en un éxito indiscutible. Un disco, una opera rock y una película, ganan, prácticamente, todos los premios del espectáculo y diferentes compañías la representan por todo el mundo y en varios idiomas.

El musical se presenta en Londres, Los Ángeles y Nueva York. La Paramount Pictures adquiere los derechos cinematográficos y se ven envueltos en el proyecto los directores Oliver Stone y Ken Russell. Quince años transcurrieron desde su concepción hasta su estreno en diciembre de 1996.

Meryl Streep y Michelle Pfeiffer desean protagonizarla. Finalmente, Madonna obtiene el papel –por el que lucha como por ningún otro- y le da vida al personaje que le permite obtener la aclamación del publico, el elogio de la critica especializada y la nominación para un Oscar.

Así como el Guernica de Picasso puede transmitir el horror de la guerra civil española, “Evita”, la película de Alan Parker, es como un enorme mural mexicano –pero en celuloide- que describe las virtudes y los defectos del ser latinoamericano, una joya en su género.

“Evita” es la historia de una región y de una manera de ser. La cruda realidad del populismo empobrecedor y -el pretexto- la vida de una mujer argentina extraordinaria, Eva María Duarte de Perón: Evita.

martes, 14 de septiembre de 2010

Extraña profesión

Henrique lazo

A la hora de encontrar los referentes artísticos del siglo XX, se habla de pintores, escritores, músicos, escultores o arquitectos, y casi como una concesión, se desliza un cineasta entre ellos. Quizás sea, como dice Milos Forman, porque un director es un poquito de todo: un poquito de escritor, un poquito de actor, un poquito de pintor. Para Forman, un buen director es aquel que escoge para ejercer su oficio a personas que sean mas habilidosas que él: una profesión extraña.

La historia del cine comienza el 28 de diciembre de 1895, fecha en la que los hermanos Lumiere proyectaron públicamente la salida de obreros de una fábrica francesa en Lyon. En sus comienzos, nadie pensó que el invento se convertiría en el Séptimo Arte y en una industria capaz de generar millones de puestos de trabajo. Tomás Alva Edison, patentó el hallazgo francés en los Estados Unidos mientras los hermanos Lumière, en un año, creaban más de 500 películas.

El cine marca un hito en lo que a espectáculos populares se refiere. Influye en la vida de la sociedad y se convierte en un espectáculo de masas que trasciende la sala de proyección para ingresar en la esfera de lo personal. Es un medio de entretenimiento sostenido por una estructura industrial muy eficaz que –algunas veces- propone modelos artísticos para el deleite del público.

Milos Forman, extraordinario director de cine nacido en la Republica Checa, es un especialista en crear obras maestras. “Amadeus”, basada en la vida de Mozart, recibió 8 Oscars y “Alguien voló sobre el nido del cuco”, ganó 5. Pero su película “El Pueblo contra Larry Flint” le permitió establecer su criterio sobre la libertad de expresión.

“Si tu vives muchos años bajo un régimen nazi y 20 años soportando un sistema comunista totalitario, aprendes a valorar lo que significa la libertad y lo fácil que es perderla. La piedra angular de la democracia es la prensa libre. Creamos las instituciones, las escuelas y los gobiernos para que nos ayuden a vivir. Después de un cierto tiempo, en vez de servirnos, pretenden dominarnos y enseñarnos a vivir”.

lunes, 6 de septiembre de 2010

EL NEGOCIO DEL OTRO

Henrique Lazo

El culto a la violencia no es nuevo. De hecho, casi todas las civilizaciones la han promovido y justificado de alguna manera.

Las guerras son un negocio para algunos pocos y la desgracia para todos aquellos que se embarcan en la consecución de la gloria ajena de los que capitalizan los resultados.

Los traficantes del odio aparecen como personas serias y los pacifistas como seres que no entienden el culto irracional a la idea de destruir para supuestamente construir.

Dos mil años después que en Jerusalén se pusiera de moda el perdón, los seres humanos hemos acordado contraponerle al negocio de la guerra, la cultura de la paz.

Consiste en una serie de valores y comportamientos que rechazan la violencia y previenen los conflictos tratando de atacar sus causas para solucionar los problemas mediante el diálogo y la negociación entre las personas

La idea de una cultura de paz se elaboró por primera vez en el Congreso Internacional sobre la paz en la mente de los hombres, que se celebró en Costa de Marfil en julio de 1989.

Se intenta concienciar al mundo sobre la necesidad de tener una cultura de No Violencia. “Puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los pilares de la paz”.

Respetar la vida y la dignidad de los demás. Acabar con la discriminación rechazando la violencia en todos sus aspectos. Liberar la generosidad, para terminar con la exclusión, la injusticia y la opresión política y económica.

Defender la libertad de expresión y la diversidad cultural privilegiando el diálogo sin ceder al fanatismo y al rechazo. Promover la comprensión y la tolerancia.

Preservar el planeta promoviendo un consumo responsable. Reinventar la solidaridad propiciando la participación de las mujeres y los principios democráticos. Y como la poesía no es de quien la escribe sino de quien la necesita:

“General, yo no puedo destruir sus flotas ni sus tanques ni se que tiempo durará esta guerra, pero cada noche algunas de sus órdenes muere sin ser cumplida y queda invicta algunas de mis canciones”.